'TÉ NEGRO'. Amor, tradiciones, mezcla de culturas y guiños ideológicos en una historia que nos traslada a China, Costa de Marfil y Cabo Verde

 

“Té negro” es una película que abrirá los ojos a muchos espectadores sobre la relación e intercambio entre China y países africanos como Costa del Marfil y Cabo Verde. Narra la historia de una chica, Aya, interpretada por Nina Melo, que sorprende a todo el mundo cuando renuncia a casarse justo se celebra la ceremonia matrimonial. Su candidato a marido le engañó con otra mujer el día antes de la boda y ella opta por desplazarse a la otra punta del Planeta para empezar una nueva vida en China. Allí conoce a Cai (Han Chang), un hombre maduro de 45 años dedicado al negocio del té y comparte con él el amor y la pasión por ese producto.

El desarrollo de “Té negro” nos permite conocer la presencia consolidada de numerosos ciudadanos en China así como la creciente presencia inversora de ese país en África. La película contiene guiños críticos con las tradiciones racistas arraigadas en todas partes, ejemplarizados en la protesta del hijo de Cai, cuando les reprocha a sus abuelos el racismo contra los africanos. “Antes de ir a hacer negocio a África hay que conocer a las personas que viven allí”, reclama el joven el día en que cumple 20 años ante la sorpresa de sus abuelos y la incomodidad de su padre.

Hasta el 13 de setiembre no se estrena en España esta película, dirigida por Abderrahmane Sissako y escrita por él y Kessen Tall. Sissako, nacido en Mauritania hace 62 años, dirigió Timbuktú, que fue nominada a los Òscars el 2015 i ganó siete premios César, incluyendo el de mejor película y director. 

Nuestros cines, nuestras ciudades, nuestra mentalidad saldrán ganando cuando aumente el número de películas como “Té negro” que nos lleguen, en este caso de la mano de Caramel Films. Nos demuestran que hay cine de calidad e interés más allá de les películas comerciales y de efectos especiales a las que no tienen acostumbrados en el circuito tradicional.

Muy recomendable, pues, degustar estos 110 minutos de cine para quienes quieran abrir los ojos al mundo en el que vivimos, con un aliciente especial para los amantes del té, claro está.

Siscu Baiges