Contribución
enorme de Javier Lesaca a la comprensión de cómo funciona el proselitismo
terrorista
Armas
de destrucción masiva
Quizás la mejor recomendación que se puede hacer a la
hora de leer el libro "Armas de destrucción masiva" (Ediciones Península) es empezarlo por
el final. Cuando Javier, uno de los tres hijos de su autor Javier Lesaca, le
sorprende viendo las imágenes de un vídeo donde aparece un hombre encapuchado en
Mosul portando un fusil Kalashnikov. "¿Por qué trabajas viendo vídeos de
malos? ¿Los quieres meter en la cárcel?", le pregunta. "Sólo quiero
saber qué piensan", le respondió.
Es el interrogante que nos planteamos todos los que
leemos su libro. ¿Qué piensa la gente que comete las atrocidades que explica
con todo lujo de detalles y datos? Este periodista y analista de temas de
seguridad repasa la obra propagandística del Ejército Islámico. En tres años, el
grupo terrorista ha producido más de 1.300 vídeos. Se estrenó el verano de 2014
con uno donde se veía como un encapuchado degollaba al periodista James Wright
Foley. Y desde entonces, las brutalidades que han difundido en vídeos y
publicaciones diversas superan los límites del horror que pensábamos que eran
capaces de concebir y provocar los seres humanos.
Estado Islámico ha asesinado ante sus cámaras a 813
ciudadanos, en 218 vídeos distribuidos abiertamente por las redes sociales.
Sólo un 2% de las víctimas son occidentales. La inmensa mayoría son sirios e
iraquíes. Lesaca nos cuenta cómo estos asesinatos son presentados con la
estética de los videojuegos más populares o las películas de terror de más
éxito. Considere la cosa más horrible que le pase por la cabeza y la encontrará
reflejada en los vídeos que ven muchos de los jóvenes que se incorporan a las
filas de Daesh.
Se hace duro, incluso, de trasladar a esta reseña las acciones
que incluyen estos vídeos. El dolor, el sufrimiento y pánico de las víctimas,
su muerte a manos de niños como si se tratara de un juego, los asesinatos en
cadena,...
Probablemente sea más fácil de entender porque un joven es capaz de
bajar por La Rambla de Barcelona arrollando tanta gente como pueda con una
furgoneta imaginándolo tragándose delante del ordenador o el móvil estos vídeos
brutales. El cerebro queda tocado tras estos visionados.
El autor ha hecho un estudio riguroso, exhaustivo. La
tesis doctoral que comenzó en la Facultad de Comunicación de la Universidad de
Navarra profundizó su consistencia cuando la Escuela de Comunicación y Asuntos
Públicos de la Universidad George Washington, de Washington, se interesó por
ella y lo contrató como profesor asociado. Han sido años de mucho trabajo que
han dado un fruto impresionante.
Estado Islámico ha tocado todos los palos de la
comunicación, menos el radiofónico. Revistas, agencias de prensa, comunicados y
vídeos. Muchos de sus responsables están muertos. La pérdida de territorio por
parte de Daesh ha ido acompañada de una disminución de su capacidad de filmar y
difundir por la red los crímenes más abyectos. Pero la desaparición definitiva
de estas "armas de seducción masiva" de las que nos habla Javier
Lesaca no será inmediata. A lo largo de las cerca de 300 páginas del libro no
se permite ninguna licencia de opinión. Sólo una frase hacia el final refleja
cuál es su propuesta: "Poner la democracia y la libertad de moda es la
mejor forma de combatir el terrorismo, el extremismo y la violencia".
Su aportación rigurosa es muy dura de leer pero
fundamental para el objetivo que le comenta a su hijo: Intentar entender qué
pasa por la cabeza de los terroristas de Daesh. "Todavía estoy
intentándolo", reconoce.
Siscu Baiges
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