Es imposible leer el libro “De venta en farmacias. Una denuncia
del negocio de la salud desde dentro” (Editorial Penguin Random House) de los
hermanos Felipe y Raúl de la Fuente sin que eso influya en la forma como vemos
el servicio que nos ofrecen esos centros de preparación y dispensación de
medicamentos y las personas que nos atienden.
Ser farmacéutica es “la profesión más bonita del mundo”,
asegura la licenciada en Farmacia y divulgadora científica Gemma del Caño en el
epílogo del libro. Y sus autores bien seguro que coinciden con ella, pero a lo
largo de sus casi trescientas páginas ponen al descubierto un mundo que suele
pasar desapercibido para los clientes de las farmacias. Nos cuentan todo
aquello que se comercializa en ellas y que no tiene ninguna eficacia para lo
que se supone que están indicados. De las trampas que usan algunos
farmacéuticos para colocar productos innecesarios con el solo afán de obtener
beneficios económicos. Del engaño que representa la promoción y venta en las
farmacias de determinados medicamentos, complementos vitamínicos y soluciones
maravillosas para mejorar la dieta o la apariencia estética que no sirven para
nada o para bien poco.
Los hermanos De la Fuente saben de lo que hablan. Conocen
de primera mano el día a día de las farmacias y, además, han completado sus
conocimientos con las reflexiones y denuncias de decenas de personas que
trabajan en ellas. También trufan el libro de numerosas demandas de
trabajadores farmacéuticos que ejemplifican lo desenfocado de los conocimientos
o aptitudes que se requieren.
Lejos de su voluntad alejar a los ciudadanos de las
farmacias. Pretenden, eso sí, avisarles de lo que se cuece, a veces, en las
recámaras de esos centros. Como en otras profesiones, hay empleadores déspotas
que maltratan a sus trabajadores. Reconocen que también hay malas trabajadoras.
E insisten en que “no se debe, en aras de un corporativismo barato, negar los
abusos e ilegalidades que se cometen”. Y en que hay que “proteger un servicio
que debería beneficiar al paciente”.
Felipe de la Fuente, que durante diez años ejerció como
farmacéutico adjunto en varias oficinas de farmacia de diferentes comunidades
autónomas, y Raúl de la Fuente, graduado en Nutrición Humana y Dietética por la
Universidad de Valencia y hoy profesor interino de Formación Profesional de
Procedimientos Sanitarios y Asistenciales, creen “fervientemente en un modelo
sanitario en el que ni la dispensación de medicamentos ni el seguimiento
nutricional, ni las farmacias ni las consultas de nutrición y dietética estén
condicionadas por el balance de beneficios de una empresa privada”.
Cierran “De venta en farmacias” planteando una serie de
preguntas. La última las resume todas: “¿Cuánto ganaríamos todas si en todas
las profesiones sanitarias aplicáramos el código deontológico y la medicina
basada en la evidencia”?”. Ganaríamos mucho, seguro. Y también saldremos
ganando y más documentados sobre como funcionan las farmacias tras la lectura
de este libro fruto del compromiso y la experiencia de sus autores.
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