Los estudiantes de las diferentes facultades en las que
se estudian materias relacionadas con el mundo económico harán bien en tener a
mano el último libro del economista y consejero de empresas Alfonso Durán-Pich,
“El oligarca camuflado”. Solo tendrá un momento de duda al empezar a leerlo y
tropezarse con el concepto de ‘poder condigno’, uno de los tres que distinguió
J.K.Galbraith, junto al ‘poder compensatorio’ y el ‘poder condicionado’. La
cosa no va más allá. A partir de ahí, el autor se expresa con un lenguaje directo,
sin concesiones a la galería literaria y expone, uno tras otro, los factores y los
personajes que integran el ‘Poder’ en mayúsculas.
El libro se presenta con el subtítulo de ‘Radiografía del
poder’. Y de eso trata. De poner nombre y rostro a quienes lo ejercen o están
en sus aledaños, intentando hacerse con él o beneficiarse de sus decisiones. Por
las 237 páginas de este manual desfilan los ricos, las empresas más poderosas, las
entidades financieras que están tras ellas, los think tanks y periodistas que les ríen las gracias, los consultores
y los lobbies que merodean y medran a
su alrededor, los clubs y cenáculos que aparentan más influencia de la que
realmente tienen, los jueces que a menudo no son trigo limpio y las empresas de
armamento, alimentación o farmacéuticas que atienden más a sus beneficios que a
las necesidades de los ciudadanos.
No es hasta el final que Durán-Pich nos desvela quienes
son los oligarcas camuflados a los que se refiere en el título. Mejor no
hacerles un spoiler y recomendarles
que lo lean de principio a fin.
Muchas de las cifras y datos que aparecen en ‘El
oligarca camuflado’ oscilan con el paso del tiempo. Vivimos tiempos volátiles,
pero no tanto como para que este manual de lectura rápida deje de ser útil y
recomendable para entender cómo funciona el mundo del poder a estas alturas del
partido.
Siscu Baiges
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