El 16 de marzo se entregan los Óscars a las mejores
películas y documentales estrenados en 2023. “Cuatro hijas” ha sido nominada
como mejor película documental y me gustaría que la galardonaran como
reconocimiento del esfuerzo y el mensaje que conlleva. Es una película y un
documental a la vez. Reconstruye con actores y personajes reales la vida de una
madre tunecina, Olfa Hamroui, y sus
cuatro hijas –Eya, Tayssir, Ghofrane y Rama-, bajo
la dirección de Kaouther Ben Hania.
En 2016, Olfa vio cómo dos de sus cuatro hijas –Ghofrane
y Rama- se marchaban de casa para incorporarse al grupo de fanáticos del Estado
Islámico (ISIS). Habló de ello a los medios de comunicación y la directora de
cine Kaouther Ben Hania explica así porque decidió convertir su vivencia en una
película documental: “En una emisora de radio escuché a Olfa contar la trágica
historia de sus hijas. Aquello me intrigó y me conmovió. Una vez más, era la
historia de una madre y sus cuatro hijas adolescentes. Olfa me fascinó desde el
principio. Vi a un personaje muy potente para el cine. Era la encarnación de
una madre con todas las contradicciones, ambigüedades, zonas problemáticas. Su
historia, compleja y aterradora, me perseguía y estaba muy interesada en explorarla
y comprenderla”.
Eya i Tayssir, las dos hijas de Olfa que interpretan su papel real en la película
Desde el comienzo de la película me quedé enganchado
a la historia de Olfa y sus cuatro hijas. Tiene razón Ben Hania cuando dice que
las vivencias de las protagonistas nos permiten entender las contradicciones y
las zonas oscuras y confusas en las que se mueven sociedades como la tunecina:
una mezcla de generaciones que conviven, chocan y al mismo tiempo se necesitan.
Un modo conservador y tradicional ve cómo sus hijas en un contexto
relativamente abierto pero no libre del todo. Puede castigar a la hija que se
viste y maquilla como una miembro de la comunidad heavy metal o punk pero al
mismo tiempo no puede digerir que otras dos opten por ponerse el burka y
marcharse de casa para incorporarse al ISIS casándose con milicianos de ese
grupo.
“Cuatro hijas” comienza con la madre triste diciendo
que ha perdido a dos hijas. Quien no está en el caso de la historia creerá que
están muertas. Muertas no lo están, pero están condenadas a 16 años de cárcel.
Una de ellas ha hecho abuela en Olfa. La cámara busca la cara de esta niña en l
cárcel donde están su madre y su tía para poner punto y final a la película.
¿Qué será de ella? ¿Qué futuro le espera?
Si premian con un Óscar esta película documental lo
tendrá bien merecido. Pero Kouther Ben Hania nos pide algo más que aplaudir ese
posible galardón. “Cuatro hijas” nos acerca a una realidad que ignoramos y que
nos reclama más atención e implicación en combatir el dolor y las
contradicciones injustas y absurdas que nos expone.
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