Núria Martín Fandos, bailarina de Danza Contemporánea
"Nueva York es la meca de la danza. Todo el mundo
baila, todo el mundo coreografía, todo el mundo crea, todo el mundo presenta.
No hay miedo de hacer volar la imaginación"
La bailarina de danza contemporánea
Nuria Martín Fandos no tenía previsto formarse en Nueva York se encontró con
una beca completa de dos años para finalizar sus estudios en Peridance Capezio Center de esta ciudad
de los Estados Unidos. Al cabo de cuatro meses de recibir la beca ya estaba en
la capital mundial de la danza. Está viviendo una experiencia única, pero, a la
vez, complicada y con un punto de dureza.
¿Por qué te animaste con la danza?
Mi primera clase de danza (ballet)
fue con cinco años cuando una amiga mía del colegio me dijo que ella iba a
bailar como actividad extraescolar después de terminar las clases.
¿Qué destacarías de tu proceso de formación como
bailarina?
Un bailarín, como muchas otras
profesiones, nunca se acaba de formar, está en continua formación durante toda
su carrera profesional.
La formación de un bailarín, y en
particular la mía, se ha dedicado en esfuerzo, en horas, en trabajo de
superación mental y física. La formación de un bailarín es larga y requiere de
muchas horas dentro de un estudio antes del producto que ven los espectadores
que puede ser sólo de 10 minutos...
Se me hace bastante difícil resumir
en una palabra como ha sido mi proceso de formación pero las que más se acercan
podrían ser: superación personal y dedicación.
¿Por qué decidiste ir a los Estados Unidos?
A diferencia de mucha gente (sobre
todo juventud) de nuestro país, yo nunca había deseado ir a los Estados Unidos
a finalizar mis estudios o conseguir una carrera profesional. Podemos decir que
decidieron por mí.
Yo presenté mi coreografía Veni, Vidi, Vinci (solo) y Advertencia
(quinteto) en el III Certamen Internacional de Danza de la Ciudad de Barcelona
(2013) para ganar experiencia en otro ámbito del mundo de la danza (certámenes,
competiciones, etc…) que yo todavía no había descubierto. La duración del
certamen era de dos días; el primero, la semifinal y el segundo, la final. Al
final del primer día, cuando salieron los resultados de los finalistas yo no vi
mi nombre en la lista.
Al día siguiente recibí una llamada por parte de los
directores del certamen comunicándome que el jurado había decidido darme una
segunda oportunidad y que me quería ver bailar de nuevo en la final tan mi solo
como la coreografía de grupo. Cuando fue el momento de recoger los premios en
el Salón de Cent del Ayuntamiento de Barcelona me vi con una estatua y un
diploma como ganadora del primer premio de danza contemporánea del III Certamen
Internacional de Ciudad de Barcelona y con una beca completa de dos años para
finalizar mis estudios de danza en Peridance
Capezio Center de Nueva York.
Así que en cosa de 4 meses me
encontraba en esta ciudad con dos años frente a mí para hacer tres cosas:
bailar, bailar y bailar (como muy bien dice mi padre).
¿Cómo ha sido tu experiencia profesional en este país?
Mi experiencia profesional en
Estados Unidos ha sido enriquecedora en todos los sentidos. Todo en esta vida
es un aprendizaje y yo aquí no sólo he aprendido de este país y la danza que se
hace, sino que he aprendido sobre culturas, cultura mexicana, japonesa,
boliviana, canadiense, italiana, checa, sudafricana entre muchas otras.
La experiencia que un artista puede
conseguir en una ciudad como esta es inmensa. Te transforma tu punto de vista
sobre la vida, te hace cambiar la perspectiva de la vida y darte cuenta que no
sólo tu manera es la correcta. En relación a la danza, he aprendido a
distinguir mis gustos. Nueva York es la meca de la danza y hay tanta, pero
tanta, variedad que todo es válido. Sí puede ser válido como una expresión de
arte, pero eso no quiere decir que como artistas que lo aceptemos todo en
nuestro vocabulario. He aprendido a ver, descubrir, aceptar y, lo más
importante, he aprendido a criticar constructivamente. Esto es como la ciudad
me ha moldeado a través de mi experiencia profesional.
¿La Danza Contemporánea es una expresión artística
especialmente complicada para convertirla en una actividad profesional? ¿Hay
otras expresiones de la danza con las que es más fácil ganarse la vida?
Contemporáneo es nuevo.
La danza en general siempre ha sido
una profesión complicada para vivir de ella durante toda la vida. Por este
motivo, cuando la gente "dejaba de estar sobre los escenarios" se
dedicaba a la enseñanza.
Ahora mismo, en el siglo XXI y sobre
todo aquí en Nueva York, la situación es la siguiente: No sólo hay grandes
compañías, con un renombre y establecidas desde hace años (New York City Ballet, Parsons Dance o Ballet Hispanico) donde los sus bailarines tienen un salario
mensual, unas horas determinadas de trabajo a la semana y un seguro médico
(como cualquier otro trabajo) sino que también hay lo que se llama
"Proyectos", que es cuando todos los demás bailarines que no están
trabajando con una compañía establecida (porque ya no tienen más contratos o
por cualquier otro motivo) forman parte de compañías basadas en proyectos. Es
decir, sólo cobras por actuación y si tienes suerte y la compañía ha recibido
dinero de alguna subvención cobrarás por horas de ensayo pero nunca igualará el
salario del bailarín de una gran compañía de danza.
Todos estos otros bailarines deben
mantenerse a través de otro trabajo que pague las facturas. Por eso es una
situación agridulce, ya que hay mucha danza, tanta que casi todo el mundo puede
conseguir estar encima de un escenario, pero teniendo otro trabajo que te dé
ingresos para vivir.
¿Es muy diferente el ambiente profesional, el
aprendizaje, el trabajo en Nueva York que en Barcelona?
Sí que es diferente el método de
enseñanza y el ambiente profesional. En este país todo pasa tan rápido, que
cualquier ambiente profesional lleva este ritmo. Incluso las clases de danza.
El profesor da un pequeño calentamiento, ya que el punto de interés es el
resultado final, la coreografía, la actuación, lo que se presenta ante el
público... Y en el ambiente profesional pasa lo mismo. Cuando una compañía
anuncia a sus bailarines que tienen una actuación en agosto, quizás los ensayos
sólo son durante las dos semanas anteriores a la función. A diferencia de
Barcelona, que se ensaya mucho antes, meses antes.
¿Hay muchos bailarines catalanes que hayan probado
también fortuna en Estados Unidos?
Hay algunos. Yo actualmente conozco
cuatro catalanes, y unos cinco españoles. Pero estoy segura de que ha habido
otros en generaciones anteriores a la mía.
¿Hay una sensibilidad mayor para este tipo de danza en
Nueva York que en Barcelona, en Estados Unidos que en Cataluña o España?
Yo no hablaría de sensibilidad, sino
de que Nueva York es la meca de la danza. Todo el mundo baila, todo el mundo
coreografía, todo el mundo crea, todo el mundo presenta. No hay miedo de hacer
volar la imaginación. Todo se acepta y todo es válido y así es como surgen
nuevas corrientes. Siento que en España somos muy quisquillosos con el ‘qué
dirán’ y la opinión de los demás y así nunca se da espacio para trabajos nuevos
y gente nueva ...
¿Cómo acoge Estados Unidos a profesionales como tú? ¿Son
más exigentes que con los nativos?
Estados Unidos es un país muy rico
en todos los sentidos, donde tienes que trabajar duro para conseguir tu
objetivo. Todas las personas no residentes tienen que conseguir un visado,
casarse o ganar la Green Card para
quedarse en los Estados Unidos. Una vez un profesional de la danza no residente
de los Estados Unidos ha conseguido el visado de artista (visado 0-1), recibe
el mismo nivel de exigencia que un nativo por parte del Gobierno.
Ahora bien, el proceso por el que
tenemos que pasar todas las personas que queremos conseguir el visado 0-1 no es
fácil. Tienes que demostrar que eres un profesional de la danza (en mi caso)
con habilidades extraordinarias. Todo ello requiere la presentación de
evidencias de los trabajos profesionales (contratos, pagos, material de prensa,
material de difusión, fotos, vídeos, correspondencia, biografías de los otros
artistas involucrados en el proyecto, horario de ensayos y funciones...),
educación, demostrar que eres miembro de asociaciones, de organizaciones y de
sindicatos de tu ámbito, quince cartas de recomendación y premios que hayas
obtenido a lo largo de tu vida. Una vez todo este trabajo está hecho, pasa por
manos de un abogado y finalmente se envía al departamento de inmigración del
que recibes una respuesta (positiva o negativa) de tres a seis meses más tarde.
¿La etapa en Estados Unidos es sólo circunstancial, por
unos cuantos años o has ido para quedarte?
Yo en principio vine por dos años.
Cuando me gradué (2015), decidí solicitar el visado OPT (Optional Training Program) que te ofrece la escuela cuando terminas
tus estudios, que te permite trabajar legalmente en EEUU en el campo de tus
estudios, y es el paso anterior para cualquier estudiante internacional que
quiere solicitar su visado de artista.
De momento no quiero quedarme para siempre,
sólo quiero tener la máxima experiencia posible en el mundo de la danza aquí, y
cuando crea que lo he conseguido quiero trasladarlo a Barcelona.
¿Cómo ves tu futuro profesional?
Mi futuro profesional lo veo
ocupado, siguiendo por el camino que he comenzado. No creo que vaya a menos
sino todo lo contrario. Esto sólo es el comienzo. Será una carrera ocupada, y
cada día luchando por más, superando me y aprendiendo de las experiencias que
la carrera me puede brindar.
¿Cuál es tu máxima aspiración como bailarina de Danza Contemporánea?
Mi aspiración como bailarina es
trabajar en una o varias compañías estables hasta que alcance mi objetivo, y
entonces me gustaría coreografiar para compañías o crear mi propia compañía de
danza en Cataluña.
Siscu Baiges
Currículum
Núria Martín Fandos
Brooklyn, NY 11221 Date of Birth: October 8, 1993 Nationality: Barcelona, Spain
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