'Somos
Coca Cola en lucha', una biografía colectiva que resume dos años de lucha
sindical contra el gigante de los refrescos
236 trabajadores de la planta de Coca Cola de Fuenlabrada
se resistieron al expediente de regulación de empleo (ERE) que les dejaba en la
calle en enero de 2014. Comenzaron, entonces, una larga lucha de resistencia
contra las presiones de la poderosa empresa, que utilizó todos los utensilios y
argumentos a su alcance para derrotarlos. Les ofrecieron de todo. Los
trabajadores, que se autobautizaron como 'espartanos' en recuerdo de los
luchadores griegos, recibieron amenazas directas o indirectas. Lloraron y sufrieron
mucho. Pero, finalmente, a la empresa presidida en España por Sol Daurella no
le quedó otro remedio que reincorporarlos. No lo hizo, como ellos querían, en
el mismo puesto que tenían cuando les despidieron, pero volvieron a trabajar en
la planta de Fuenlabrada.
¿Una victoria de la lucha sindical? Por supuesto, pero
las grandes empresas no tienen sentimientos. Ahora pretenden que los
huelguistas paguen una multa de 8 millones de euros, por las grandes cantidades
de litros de coca cola que se estropeó durante los meses que los trabajadores se
instalaron en un campamento a las puertas de la empresa. La Audiencia Nacional
y el Tribunal Supremo dieron la razón a los trabajadores que pedían la nulidad
del ERE porque vulneraba el derecho a huelga y porque no fue comunicado
adecuadamente a los representantes sindicales. Por una vez, el aparato judicial
dictó sentencia a favor de David en contra de Goliat. Habrá que ver, sin
embargo, como resuelve la querella de los 8 millones de euros que ahora se
cierne sobre la cabeza de los sindicalistas.
28 meses después de que se anunciara el ERE y 8 después
de que se reabriera la planta de Fuenlabrada, un libro recoge cómo han vivido
este proceso sus protagonistas, los trabajadores despedidos y luego
readmitidos. 'Somos Coca Cola en lucha', editado por 'laovejaroja', se ha
presentado, este fin de semana, en la Feria de Ideas y Libros Radicales
'Literal'. Lo han hecho algunos de los muchos 'espartanos' y 'espartanas' que
se sinceran a lo largo de sus 336 páginas.
El subtítulo del libro define perfectamente su contenido:
'Una biografía colectiva'. En ‘Somos Coca Cola en lucha’ estos trabajadores nos
abren su corazón y nos cuentan sus sentimientos. Como el mundo de trabajo seguro
y bien pagado en que vivían se les derrumba de un día para otro. Como se hartan
de sufrir y llorar. Como se angustian, se deprimen, se enferman, tienen
conflictos familiares o chocan con la cobardía y el miedo de los que bajan la
cabeza ante los intereses de los patrones. Y también como descubren el valor de
la solidaridad, de la lucha, de la dignidad y la alegría del éxito de su
reivindicación de que la empresa les readmita.
Es un libro desde el que nos hablan personas normales,
sencillas, que puede servir de manual de lucha sindical y que sería recomendable
que leyeran los empresarios que despiden trabajadores sin tener en cuenta quienes
sufren esa decisión.
No falta un anexo nada amable con la presidenta de Coca
Cola - España. Se comprende. Como dice Antonio, en una frase que suscribirían
gran parte de los muchos y muchas que se mojan en "Somos Coca Cola en
lucha": "Nunca los perdonaré. Han hecho mucho daño a toda mi familia,
mis hermanos, mi hijo, mi mujer".
David ha vencido a Goliat por una vez, pero el gigante
sigue vivo y los 'espartanos' que le derrotaron temen su afán de venganza.
Siscu
Baiges