El
próximo 22 de noviembre se estrena en los cines de España ‘Raqa’, la última
película de Gerardo Herrero cuyo guión es obra de Irene Zoe Alameda, a partir
de la novela ‘Vírgenes y verdugos’, de Tomás Barbulo. Es un alegato contra el
terror que implantó el ISIS en Irak y Siria y que dio lugar también a atentados
terroristas a nivel internacional. Estado Islámico no ha desaparecido. Sigue existiendo,
con ese nombre o con otras marcas que mantienen su vocación de lucha contra la
mujer, contra todo lo que no sea su integrismo islamista, contra la cordura, la
sensatez, la dignidad y la sociedad, en general.
Hay que
agradecer, pues, a Herrero y su equipo que, a través de la ficción de ‘Raqa’,
contribuyan a concienciar de la maldad intrínseca en que se basa la ideología
de Estado Islámico. Un precedente a mencionar en esta denuncia es el documental
‘Regreso a Raqqa’, obra de Albert Solé y con Marc Marginedas, periodista
secuestrado por ISIS, como protagonista.
Raqa’
es una coproducción hispano marroquí rodada en Casablanca, Marrakech, el
desierto de las Bárdenas Reales, en Tafalla, y otras localidades de Navarra. De
Raqa nos ofrecen unas espeluznantes imágenes de los destrozos que la guerra
dejó en esta localidad siria de la que, finalmente, las milicias kurdas con el
apoyo militar de Turquía y Estados Unidos acabó expulsando a los guerrilleros
de ISIS.
Álvaro
Morte y Mina el Hammani encabezan la interpretación de una película en la que
también hay que señalar la participación de Abdelatif Hwidar, Fariba Sheikhan,
Ben Temple, Sara Hwidar, Cristina Kovani, Déborah François y Juan Carlos
Vellido. Producida por Tornasol Media y Malika y el Saharaui, hay que dejar
constancia del buen apoyo que dan al clima tenso de la película la fotografía
de Juan Carlos Gómez y la música compuesta por Paula Olaz.
Ver ‘Raqa’
añade al interés por seguir su trama angustiosa y la credibilidad de la labor de sus intérpretes el valor de participar del
espíritu de denuncia que contiene.